Los semáforos son una herramienta de control de tráfico en la que los colores juegan un papel crucial para asegurar la seguridad en las vías. Desde su creación, los colores utilizados en los semáforos han sido rojo, amarillo y verde, cada uno con su propio significado. El rojo significa alto, el amarillo significa precaución y el verde significa avanzar. En esta entrada de SWM, exploraremos el origen de estos colores y cómo han evolucionado a lo largo del tiempo.

Historia de los colores de los semáforos

Los semáforos modernos con colores rojo, amarillo y verde se originaron en Estados Unidos en la década de 1920. Antes de eso, las señales de tráfico utilizaban una variedad de colores y formas, incluyendo círculos, cruces y flechas. Incluso algunos semáforos tempranos utilizaban señales manuales en lugar de luces eléctricas.

El sistema de semáforos moderno fue desarrollado por la empresa estadounidense General Electric, que trabajó con la ciudad de Nueva York para crear un sistema de señalización uniforme y fácilmente reconocible para los conductores.

El origen del uso del rojo para indicar «alto» en los semáforos se remonta a la época de las señales ferroviarias. En los primeros días de los ferrocarriles, se utilizaban luces rojas para indicar que un tren debía detenerse. Esto se debía a que el rojo es el color más fácilmente visible en la oscuridad. A medida que se desarrollaron los semáforos para el control del tráfico, el rojo se convirtió en el color estándar para indicar «alto» debido a su asociación previa con la señalización ferroviaria.

El uso del verde para indicar «avanzar» se originó en los primeros días de los semáforos, cuando el ingeniero de tráfico de Detroit, William Potts, creó el primer semáforo en 1920. Potts eligió el verde porque era el color opuesto al rojo en la rueda de colores, lo que hacía que fuera fácilmente distinguible. También eligió el color verde porque se asociaba con el «avance» en la naturaleza, como en las hojas de los árboles.

El amarillo se agregó posteriormente como un color de precaución en los semáforos. Originalmente, solo se usaban luces rojas y verdes en los semáforos, pero esto a menudo causaba confusión a los conductores sobre cuándo debían detenerse o avanzar. Para solucionar este problema, se agregó la luz amarilla, que indica que el conductor debe detenerse si puede hacerlo de manera segura, pero que debe continuar avanzando si no puede detenerse a tiempo.

 

¿Es así en todos los países del mundo?

En su mayoría, los semáforos de todo el mundo utilizan los mismos tres colores: rojo, amarillo y verde.

Por ejemplo, en algunos países de Europa, el amarillo se utiliza como una advertencia antes de que se muestre la luz verde, en lugar de como una advertencia antes de la luz roja. En Japón, la luz amarilla se muestra después de la luz roja y antes de la luz verde. En algunos países de América Latina, como México, se utiliza un cuarto color, el ámbar, entre el rojo y el verde, como una advertencia para que los conductores se preparen para detenerse.

Otra diferencia es la forma en que se muestra la luz amarilla. En algunos países, como Estados Unidos, la luz amarilla se muestra intermitente.

En general, la mayoría de los países tienen normas y estándares de seguridad vial que establecen el uso de los colores de los semáforos, pero hay algunas variaciones en la forma en que se implementan estas normas en diferentes partes del mundo. Por esta razón, es importante que los conductores conozcan las reglas y señales de tráfico específicas del país en el que se encuentran para conducir de manera segura y responsable.