Dado que los coches fueron evolucionando progresivamente, es imposible que los límites de velocidad se implantaran desde un comienzo a las actuales. Así pues, ¿Cuál es la historia del límite de velocidad? ¡En SWM te lo contamos!
Límite de velocidad a nivel general
En primer lugar, el primer límite de velocidad en carretera se estableció en Gran Bretaña en 1861. Este se aplicó solo en zonas urbanas, con una velocidad máxima de 16 km/h (10 mph). La medida se adoptó por preocupación por la seguridad en las carreteras y el aumento de la velocidad de los vehículos a vapor.
En los años siguientes, se establecieron límites en otros países, como Estados Unidos y Francia. En 1901, el estado de Connecticut en Estados Unidos se convirtió en el primer lugar en el mundo en establecer un límite de velocidad en carreteras fuera de las zonas urbanas, con un límite de 19 km/h (12 mph).
A medida que los vehículos se volvieron más rápidos y poderosos, estas restricciones se volvieron más comunes. Así pues, se ajustaron hacia arriba y hacia abajo en función de las condiciones de la carretera y el tráfico. Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos países establecieron límites máximos para ahorrar gasolina y reducir el riesgo de accidentes en las carreteras.
En la actualidad, la mayoría de los países tienen límites de velocidad establecidos por ley en sus carreteras. Estos varían según el tipo de carretera, las condiciones climáticas y el tráfico. Además, los límites de velocidad se han convertido en una herramienta importante para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la mejora de la calidad del aire.
Límite de velocidad en España
La evolución de los límites de velocidad en España se remonta a 1934, cuando se establecieron las velocidades máximas para vehículos de carga. Y, dado que, en ese momento, los automóviles privados eran aún escasos, no se incluyeron en las restricciones.
En la década de 1970, el turismo se convirtió en una realidad más accesible para la ciudadanía, y en 1974, durante la dictadura franquista, se impusieron restricciones a la velocidad en respuesta a la crisis del petróleo. En ese momento, el límite de velocidad en las autopistas se estableció en 130 km/h.
Años más tarde, en 1976, Arias Navarro decidió reducir el límite de velocidad en autopistas, prohibiendo conducir a más de 100 km/h. Ya en 1979, se aprobó una legislación que establecía el límite máximo en 120 km/h para autopistas y en 100 km/h para autovías. Y no fue hasta 1992, cuando se igualaron los límites de velocidad en autopistas y autovías a 120 km/h. Además, en ese mismo año, los límites de velocidad en las vías urbanas y travesías se redujeron de 60 km/h a 50 km/h.
En 2011, durante la era de Rodríguez Zapatero, se redujo la velocidad máxima permitida en autopistas y autovías a 110 km/h. Sin embargo, resultó ser una medida muy breve, ya que, cuatro meses después, se volvió a la norma anterior. Esto se debió en parte a los altos índices de mortalidad en accidentes de tráfico en ese año.
En mayo de 2014 se aprobó la Ley de Tráfico y Seguridad Vial, que preveía un aumento de la velocidad máxima permitida a 130 km/h en determinados tramos de autopistas y autovías, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitieran. Sin embargo, este aumento fue finalmente descartado y se mantuvieron los límites de velocidad vigentes, con la excepción de las carreteras convencionales sin separación física entre los sentidos, donde se estableció un límite de 90 km/h para turismos y motocicletas. Aunque se permite superar este límite en 20 km/h en caso de adelantamiento.